28.11.06

Mensaje bajo la puerta

Un conflicto maniático
que se abalanza dentro de mí.
Las estridencias tiñen los hilos del alma
y estos se tensan y se vuelven nada.
Siento la capa de moho
sobre todas mis ideas.
No es imposible abrir mi alma
pero las puertas producen ese chirrido
tan típico en la vejez del ser.
Nunca me disparo.
Tal vez tengo miedo de estrellar mi cabeza
y que el corazón aún palpitante
se convierta en algo inservible.
Irreversible.
Insensible.
A veces conviene
dejar los sueños en los tules que los envuelven.
Y recordarlos con un sabor dulce en la boca,
ojos brillantes y respiración profunda.
A que intentar tocarlos y hacerlos parte nuestra,
destrozándolos con la torpeza humana.

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